PERU. DEBEMOS ESTAR FUERTES[1]
Por Gustavo Espinoza M.
Rebosante
de optimismo, y teniendo en su habitación recortes con los augurios de las
encuestadores, aseguró que su hija Keiko sería elegida Presidente de la
República en los Comicios del 2016. “Yo estaré fuerte para esa campaña”,
dijo.
Una
buena respuesta a tan insólita declaración la hizo Gabriela, la hija del
desaparecido periodista Raúl Wiener, en su columna del diario “La República”.
Burlándose del ex dictador, sostuvo que ella también estaría fuerte para
impedir la consumación de un hecho tan aberrante.
Una
invitación certera para que todos los peruanos nos sumemos a ella y expresemos
nuestra voluntad de ser fuertes a fin de enfrentar
el reto que se avecina, e impedir que se
cumpla la voluntad del soñador.
Keiko
Fujimori, con la
complicidad de la “prensa grande” se ha venido esforzando por asegurar, ante el
creciente escepticismo ciudadano, que ella es “distinta” a su padre, que su
mensaje no representa lo mismo que el de su progenitor encarcelado, y que su
“gobierno” sería algo así como “eficiente” y “honrado”.
Los
hechos, verdaderas expresiones de la realidad, se han convertido en pruebas
irrebatibles de lo que constituye una descomunal mentira. No sólo que la hija
del tirano lo es tanto como él mismo; sino que, además, existe
corresponsabilidad entre ambos en la comisión de diversos delitos y en el
usufructuo de bienes y recursos ilegalmente dispuestos en lo que bien podría
llamarse “la década infame”, el gobierno de su padre.
Baste
mirar el escenario político actual para tener clara noción de ello. Y pensar un
poco para ver confirmada esa idea. La Bancada parlamentaria de los Fujimori no
han hecho sino defender y preservar los intereses que mal ganaron en los
últimos años del siglo pasado.
Y
Keiko, no ha logrado ocultar que su programa de gobierno, se reduce
apenas a cinco puntos: liberar a su padre, dejar salir de las cárceles y
permitir el retorno al país de los condenados y procesados por numerosos
latrocinios ejecutados bajo la gestión fujimorista, rescatar todo aquello que
les fuera arrebatado por la ley y los tribunales de justicia, estabilizar el
imperio de la mafia y asegurar la continuidad de la misma promoviendo para el
2021 la elección de Kenyi Fujimori en la Jefatura del Estado. En otras
palabras, la Mafia en toda la extensión de la palabra.
No se
puede negar que para todos sus efectos, los Fujimori desarrollaron una
estrategia astuta y certera. Ella, los llevó a acercarse crecientemente al
cogollo alanista del APRA hasta virtualmente mimetizarse con él; a atenuar sus
contradicciones secundarias con el Partido Popular Cristiano y su núcleo
dirigente; a dividir a la bancada nacionalista ganando para sus filas a los más
precarios e inconsistentes; y a engañar y someter a otros que fueron sus
críticos en el pasado pero que hoy se rindieron ante la evidencia de su poder.
Ante
diversos problemas del debate políticos nacional, los fujimoristas de hoy han
actuado con el mismo descaro con el que aplicaron su gestión en el pasado.
Hablaron, por ejemplo, del “respeto” a a mujer y “condenaron” la violencia
contra ella, cuando guardaron silencio y permitieron que la madre de Keiko –Susana-
fuera sometida a crueles torturas en las ergástulas del Servicio de
Inteligencia Nacional, por órdenes expresa del propio Alberto Fujimori; y
callaron también cuando alrededor de 250 mil mujeres fueron esterilizadas
contra su voluntad en una salvaje política de “control de la natalidad” en
perjuicio de poblaciones originarias.
Llamaron
a escándalo cuando los recientes ascensos en la institución castrense
permitieron el acceso a altas jerarquías militares de integrantes de la
promoción del Comandante Ollante Humala –hoy Presidente de la República- y
arguyeron que esa era una manera de “manipular” a las FFAA; pero hicieron oídos
sordos cuando se les recordó que fueron ellos los que arrasaron con esa normas
cuando perpetuaron en la conducción militar al general Nicolás Hermoza Rios,
cómplice de todos sus latrocinios.
Denunciaron
“presiones políticas” contra los congresistas cuando Nadine Heredia
buscó defenderse ante la ola de acusaciones y juicios que se le incoaran,
recurriendo para ese efecto al apoyo de otros parlamentarios y funcionarios
públicos; y callaron en todos los idiomas cuando se evocó el hecho que fue
precisamente Hermoza Ríos el que sacó los tanques a la calle –y más
precisamente a la Plaza Bolívar- para responder a los congresistas que lo
citaron a fin que respondiera por la desaparición y muerte de los 9 estudiantes
y un profesor de La Cantuta, siniestro hecho ocurrido el 18 de julio de
1992
Sally
Bowen, una acuciosa
periodista británica que viviera en el Perú en aquellos años recuerda en su
reciente libro “Periodista al fin y al cabo” que el embajador de los Estados de
Norteamericana le recordó entonces que visitaba casi todos los días al
Presidente Fujimori para “intercambiar con él” impresiones políticas, sin que a
nadie le llamara la atención el hecho.
¿Qué
habría ocurrido y cómo hubiera reaccionado la “prensa grande” si se informara
que el Presidente Ollanta Humala sostiene reuniones cotidianas con el embajador
de Venezxuela en el Perú, por ejemplo?
Mayor
dependencia y sometimiento a los dictados del Imperio fueron aquellos que
posibilitaron la imposición del “modelo” neo liberal, originalmente alentado
por Milton Freedman y sus “chicago boys”. Probablemente porque tienen plena
conciencia de ello, los fujimoristas de hoy se aferran con uñas y dientes a la
Constitución del 93, que consagró esa política económica y busca perpetuarla en
desmedro de los intereses del país y de los peruanos.
Todo
esto es rigurosamente cierto. Y es lo que nos llama urgentemente a sumar
fuerzas y a unirnos a fin de cerrar el paso a la Mafia y a sus allegados
No hay comentarios:
Publicar un comentario