La ética de
Vero y las elecciones presidenciales en el Perú
Al calor de esta celebración de Semana Santa, un aspecto central
profundamente humano abraza el tema de la ética que invoca intencionalidades,
comportamientos, decisiones, gestos, palabras y sentimientos que también se
convierten en expresión visible de nuestra manera
de ser en la vida.
Dentro de este proceso electoral, el pueblo peruano es
testigo fiel del
escenario social actual, donde se identifica claramente el
papel de seguidores, dirigencias y liderazgo político de las principales
tendencias partidarias que -a decir verdad- le restan seriedad y fuerza al
posicionamiento de un perfil idóneo necesario en la construcción de una ética política de otro nivel que coloque,
por representatividad de una conciencia popular, a quienes se merecen un lugar
privilegiado en la palestra del ejercicio del poder en el Perú.
¿Sabes qué significa la “guerra sucia”? ¿Conoces esos
rostros carentes de autoridad moral? ¿Reconoces su cinismo, sus mentiras, sus
intereses creados, su oportunismo político, su carencia de propuestas y sus recurrentes
artimañas? ¿Sabes cuáles son sus nombres y apellidos? Por supuesto que sí, pues
todo el pueblo peruano lo sabe muy bien. No hace falta nombrarlos; todos y
todas reconocemos esos rostros perfectamente. A nadie podrán engañar más ni
comprar el voto con dinero, regalos, premios, competencias, cheques, alimentos,
cervezas y hojas de coca, ni con cualquier otra clase de dádivas y prebendas.
¡Basta ya!
Hoy la dignidad se encarna en VERÓNIKA MENDOZA del
Frente Amplio (FA), una mujer de pueblo que, nacida en el obligo de esta nación
pluricultural, sabe lo que significa ser estudiante, trabajadora, madre,
profesional, lideresa y representante de un movimiento social de base y de un
proceso político serio en marcha. Vero apuesta a la decencia con toda su pasión
y en toda su intensidad, tanto en la esfera individual y colectiva como en el
ámbito privado y público. No cabe la menor duda. Precisamente, su compromiso ético
se aferra a la transparencia, la integridad, el respeto mutuo y el diálogo permanente en su relación
interpersonal, social y política, con la convicción de luchar siempre por la
satisfacción y el bienestar de toda la población, sin distinción alguna,
privilegiando especialmente a los más empobrecidos de nuestra patria.
Seguramente por su manera de ser y su ética política, los
pueblos la reciben con gratitud y emociones encontradas, dichosamente con ramos
de flores en las distintas regiones del país; nunca con insultos ni con huevos ni
marchas multitudinarias de rechazo y repudio absoluto, excepto con curiosidad,
alegría, adhesión y declaraciones públicas de apoyo político por parte de
diversos sectores, como cristianos/as, trabajadores/as, cineastas y
educadores/as, así como movimientos sociales y populares, organizaciones
sindicales y políticas.
A propósito de la ética de los pueblos indígenas originarios
de nuestra historia, expresados en el Ama Llulla (No seas mentiroso), Ama Sua
(No seas ladrón) y Ama Quella (No seas perezoso), con certeza existe un
reconocimiento a viva voz, mejor dicho a vox
populi, que Vero no ha mentido, no ha robado ni ha sido perezosa en sus
responsabilidades públicas, concretamente parlamentarias y políticas, razón por
la que deslinda claramente de otras candidatura que sí tienen antecedentes y
denuncias por corrupción, falsedad ideológica, autoritarismo, lobbismo,
narcoindultos, apropiación ilícita, violación de los derechos humanos, enriquecimiento
y peculado, entre otros.
¡VERÓNIKA MENDOZA
NO COMPRA VOTOS NI VENDE PUESTOS, NO REGALA
DÁDIVAS NI OFRECE PREBENDAS, SÓLO COMPARTE CONTIGO SU TERNURA, SU CORAJE Y SU
DIGNIDAD, JUNTOS POR AMOR A LA PATRIA!
Colectivo: “Cristianos/as con Vero”
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