sábado, 28 de noviembre de 2015



Verónika Mendoza, corazón bien peruano

La presencia de Verónika Méndoza preocupa a sus desvalorados contrincantes. La candidata a la presidencia del Perú, no sólo representa la necesidad de ocupar un espacio alternativo a la gastada propuesta neoliberal, sino forma parte de una nueva era del pensamiento social en el Perú.

Los críticos de la izquierda peruana se enquistan en el pasado. El pseudo intelectual Aldo Mariátegui respondió a la pregunta: “¿Mendoza y Glave se pueden perfilar políticamente? …El día en que una de ellos salga y diga ‘sí pues, Javier Diez Canseco fue un desastre’, o ‘Venezuela es una dictadura’, uff, ahí sí tiemblo. Serán un problema para la derecha cuando esta gente empiece a actuar independientemente y no cargue el lastre que viene de atrás. Afortunadamente, todavía no se atreven…”.  

La primera y última preocupación de los defensores del capitalismo, que ha colocado al Perú al borde del colapso socio-económico, es verificar el deslinde de las propuestas políticas con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). El “cuco” Venezuela es la perfecta pantalla distractora en la búsqueda de aliados políticos en torno a Washington,  la Alianza del Pacifico y la política global del dominio de las zonas petrolíferas por medio de la política belicista. 

El diario El País anunció a pocas horas de la victoria de Macri: “El presidente electo de Argentina confirmó que pedirá la aplicación de la cláusula democrática para Venezuela y buscará cerrar el acuerdo de la UE con Mercosur y abrirse a la Alianza del Pacífico. Un giro de 180 grados hacia el liberalismo”. Y en CNN Macri dijo: "Tengo claro que defiendo la democracia, y lo que pasa en Venezuela no refleja eso, y quienes no los ven es porque les convendrá; yo tengo una posición clara de que no quiero presos políticos, abuso de la libertad de expresión en el Mercosur". 

Este es el formato de los medios. El estigma “chavista” ocupa la atención en las entrevistas y comentarios, soslayando temas medulares de interés nacional. No interesan los juicios o denuncias que tenga el candidato o candidata; si robó fondos públicos, maquinó asesinatos sistemáticos como el caso del Frontón, o malversaron fondos. Lo que importa es cuán lejos se encuentre del “cuco Chávez” y cuán cercanos estén de Washington y sus loobies como la USAID, que financia la maquinaría asistencialista del gobierno actual y los del pasados. 

Verónika Mendoza enfoca temas relevantes al quehacer nacional: alimentación, seguridad ciudadana, agroindustria, minería, educación, salud, etc. La exigencia banal de Mariátegui, para que diga que Javier Diez Canseco fue “un desastre” acentúa la simpleza del comunicador. A  la pregunta “¿A qué político peruano admiras?”  Mendoza respondió con hidalguía: “A Javier Diez Canseco”. ¿Esto podría inhabilitar a Mendoza como persona proba, para ejercer la presidencia del Perú? 

Detrás de la fobia a todo lo que sea izquierda, se esconde un libreto concertado por intereses ajenos a las necesidades prioritarias del Perú. Toda propuesta política que ponga en peligro la lógica de gobernabilidad asociada a las grandes corporaciones financieras y mineras, es vista como “anacrónica”, “chavista”, “madurista”, “caviar”, y los más osados hasta la tildan de “terrorista”. 

Tienen razón los críticos cuando señalan que un gran porcentaje de la nación no sabe quién es Verónika; o sea, ignoran la propuesta que está en construcción. La diferencia con los demás candidatos es que lo que se sabe de ellos y ellas es sobre sus gruesos expedientes judiciales, comidilla de la grosera farándula propagandística, que insufla  la información barata, basada en el escándalo y la noticia del momento.

Seguro Verónika carga la herencia de una historia frustrada de la izquierda en el Perú; marcada por divisiones, caudillismos, y el trágico periodo de guerra que ocasionó dolor y muerte. Sin embargo, Verónika Mendoza tiene la gran responsabilidad de representar el frescor de un movimiento político honesto y genuino, sin historias oscuras ni privilegios corruptos. 

Hay temas claves que tienen que ser abordados con urgencia y responsabilidad: la autonomía de la procuraduría, la transparencia de las inversiones, la soberanía de los recursos naturales, la estabilidad de la educación universitaria, el Estado laico, la uniones civiles igualitarias, entre otros. Todos estos necesitan explicaciones desde la originalidad de propuestas soberanamente nacionales, sin calco ni copia de libretos corporativistas, impuestos por intereses ajenos a las necesidades de las comunidades excluidas históricamente. 

Verónika se está haciendo sentir a lo largo y ancho del Perú, con la simplicidad, tenacidad y coraje que su record de honestidad, capacidad e integridad políticas se lo permiten. Cualquier cosa se podrá decir de ella; que es joven, bonita, mitad francesa, etcétera, pero que es corrupta, o que traiciona los intereses de las grandes mayorías, JAMÁS.

Editor Tres

No hay comentarios: