UN MODELO QUE
AUSPICIA LA CORRUPCION[1]
Por Pedro
Francke
Jefe del Plan de Gobierno Frente Amplio
La
corrupción es, además, un problema social que se combate principalmente con el
ejemplo. De nada sirven las palabras si se hace todo lo contrario, porque la
gente se da cuenta de que se trata de palabras falsas. La mejor educación
ciudadana es la conducta de nuestros líderes, porque un presidente no es solo
el que dirige u ordena, debe ser el que muestra el camino con la propia rectitud de su comportamiento.
La
corrupción es uno de los grandes males de nuestra patria. No es algo nuevo, es
verdad: es un mal histórico que viene desde los comienzos de la República, como
lo ha documentado meticulosamente el historiador Alfonso Quiroz. Pero la
corrupción se ha desbocado y multiplicado en los últimos años. Debemos
enfrentarlo AHORA, en serio, sin reservas. De lo contrario esta nación peruana,
a la que queremos tanto, que estamos seguros dejaremos nuestros huesos en ella,
puede terminar muy mal y con seguridad no podrá enfrentar los grandes retos que
se nos vienen en torno a nuestro bicentenario.
Es
indispensable en estos tiempos electorales discutir a fondo qué hacer con la
corrupción. Parto de la premisa de que para hacer frente a la corrupción hacen
falta tres elementos centrales: Voluntad, Ejemplo y Políticas.
En
este tema es necesario decir las cosas claras y poner primero lo primero. Si el
candidato y la organización política n tienen voluntad real de enfrentar la
corrupción, en particular porque ellos mismos están involucrados en ella, para
qué seguimos hablando. No hay nada que hacer. Ya podemos tener todas las
políticas, discursos, acuerdos y leyes que queramos, que nada de eso tendrá
ningún resultado.
Hablar
de esto es central puesto que la corrupción atraviesa a las candidaturas que
hoy encabezan las encuestas.
Pienso
en cómo, antes los audios revelando que el congresista Julio Gagó, negociante
de fotocopiadoras, daba indicaciones a sus empleados sobre como disimular la
propiedad de sus empresas para seguir haciendo negocios con el Estado
ilegalmente, lo que ha hecho Keiko Fujimori es encubrirlo y defenderlo en vez
de ponerlo en vereda.
Pienso
también en Héctor Becerril, congresista y vocero fujimorista, sentenciado
porque no l epaga ni siquiera una pensión mínima a su hijo: le pasa apenas 150
soles mensuales siendo congresista ¡con los sueldazos que ya sabemos se
manejan! Su Antonio Becerril, gerente del grupo Oviedo que se ha quedado
ilegalmente con las azucareras Tumán y Pomalca, donde abusan de los
trabajadores y evaden impuestos, fue candidato a la presidencia regional de
Lambayeque mintiendo en su hoja de vida. Cómo podría la señora Fujimori
ponerlos en vereda, si ella vive (muy bien) de lo que le pagan sus
congresistas, ya que ella nunca ha trabajado en toda su vida. Tiene que apañar
corruptos porque de ellos vive.
César
Acuña tienen también cuentas por rendir ante la justicia. Por ahora se ha
zafado de la acusación de que violó a una menor, aunque no puede negar que
teniendo más de 33 años tuvo un hijo con una alumna de una de sus academias,
chica que para entonces tenía apenas 16 años. Pero también ha hecho de las
suyas durante su paso por la gestión pública. Este semanario es su edición
anterior reveló cómo 15 empresas vinculadas a él y a su hijo obtuvieron
contratos con los municipios controlados por su parido: se trata de empresas
cuyo domicilio fiscal pertenece a su hijo o cuyos gerentes son empleados o
profesores de sus empresas.
No
hace falta, sin embargo, investigar mucho: están a la vista los paneles
publicitarios de la universidad, en todas partes y a un costo millonario, que
claramente hacen propaganda electoral. Así que son que son las pensiones
pagadas por miles de alumnos y sus familias, con mucho esfuerzo, las que
sustentan la campaña de Acuña, a la vista de todos los peruanos.
No
añadiré, por cuestiones de espacio, todas las acusaciones que cargan PPK y
García.
Resalto
nada más lo que todos sabemos: quien está metido en la corrupción no podría
nunca hacer frente a este serio problema que carcome al Estado y a la sociedad
peruana. En primer lugar, porque no tienen ninguna autoridad moral para
hacerlo, y cualquier llamado que hagan a la sociedad y a los organismos
autónomos del Estado, como el Poder Judicial, caerá lógicamente en saco roto.
En segundo lugar, porque apenas enfrenten a alguna de las otras mafias
corruptas que dominan la política peruana, estas les sacarán sus trapitos al aire.
Pero sobre todo porque no tienen
voluntad de hacerlo. Si permiten la corrupción entre sus filas en su propia acción,
¿Cómo creerles que serán firmes contra flagelo?
La
corrupción es, además, un problema social que se combate principalmente con el
ejemplo. De nada sirven las palabras si se hace todo lo contrario, porque la
gente se da cuenta de que se trata de palabras falsas. La mejor educación
ciudadana es la conducta de nuestros líderes, porque un presidente no es solo
el que dirige u ordena, debe ser el que muestra el camino con la propia rectitud de su comportamiento.
Cuando
se trata de corrupción, resulta fácil acusar al enemigo y convertirse en gran
fiscal cuando se trata de otras organizaciones políticas. El ejemplo real se da
cuando uno tiene que enfrentarse a la corrupción en las propias filas, entre
aquellos en quienes uno confiaba.
Hablo
ahora por el Frente Amplio, donde hemos enfrentado la corrupción. Cuando se
mostro el audio donde Pepe Julio Gutiérrez negociaba con la corrupta Southern “lentejas”
para su persona, lo expulsamos. No lo apañamos como hace Keiko Fujimori con
Julio Gagó o como hace el Apra con la familia de Gerald Oropeza y con el
patrocinador de narcoindultos Facundo Chinguel , aquel por el que Alan García
ponía las manos al fuego. No. A Gutiérrez lo expulsamos y pedimos que enfrene
todo el peso de la justicia. Demostramos voluntad política, dimos el ejemplo.
Hablo
también por Verónika Méndoza y Marco Arana. Conozco los modestos departamentos
de ambos, que muestran a leguas que no han metido la mano donde no debían,
estando muy lejos de las casas y departamentos millonarios que algunos de
nuestros expresidentes se han comprado. A Marco Arana se le acusa
reiteradamente de tener una camioneta 4x4, cuando se trata de un viejo carro
que hace meses no circula porque él no ha podido arreglarle el motor. La
modestia con que viven da fe de su honestidad, porque les aseguro que varias
mineras y petroleras que ganan cientos de millones mientras contaminan nuestros
ríos y lagunas no se quedan cortas cuando se trata de comprar conciencias.
Es
necesario también tener políticas claras contra la corrupción. Como la “muerte
civil”: que nadie condenado por corrupción pueda regresar a la función pública.
Que nadie pueda escudarse en que pasó demasiado tiempo sin ser juzgado,
amparándose en la lentitud de nuestro Poder Judicial para escaparse de la
justicia. Es decir, que estos delitos no pueden prescribir. Que el poder
judicial y la Fiscalía sean limpiados y que los jueces y fiscales no sean nombrados,
renovados y removidos por un Consejo Nacional con sinvergüenzas en su seno. Que
haya transparencia. Que no hay encuentros o correos secretos entre ministros,
funcionarios y lobistas de grandes empresas. Que haya una política consistente,
permanente, firme, contra la corrupción. Que se defienda y premie a quienes
denuncian actos de corrupción. Que se favorezca la vigilancia ciudadana y en
especial de la prensa.
Pero
el Frente Amplio va más allá: afirmamos que es necesario un cambio de
Constitución y un cambio de modelo económico. Porque no puede taparse el sol
con un dedo y negar que ha sido este crecimiento primario-exportador, basado en
que extraigan y se lleven nuestras riquezas naturales al exterior, el que ha
generado corrupción a raudales, en el que ha habido un canon que se ha
malgastado y unos lobbies que logran leyes a su favor a cada rato. No es un
fenómeno desconocido: los estudios internacionales muestran claramente que los
países que más dependen del extractivismo tienden a tener más corrupción. Esto
también hay que cambiar.
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