La ilusión de Acuña
Por Diario
UNO el enero 4, 2016
Lo único que quiere el candidato
César Acuña es ganar. Ganar más plata. Le interesa poco el Perú, le importa
poco aprender a leer bien, porque su meta es el dinero, pese a que ya tiene
como cancha. Tiene tanta plata que puede hacer que los políticos profesionales
que antes iban por el camino de izquierda digan: media vuelta, derecha,
¡derecha!
Algunos enterados aseguran que
Acuña es un poco tacaño, como todos los que acumulan grandes fortunas; e igual
así, el aspirante presidencial está llenando la ciudad con paneles con su foto,
está
empeorando la televisión con la publicidad constante de su universidad que
carece de buena biblioteca y tiene muchos estudiantes descontentos porque la
plata de ellos y de sus padres se diluye en una campaña electoral y no ayuda al
mejoramiento de su centro de estudios como debe ser.
Como ganar es su meta, puede
decir lo que sea, lo que Favre le diga, cualquier cosa. Recientemente dijo que
apoya la Ley Universitaria (por la que el legislador Daniel Mora y otros se
fajaron) cuando sus partidarios en el Parlamento le ponían zancadillas a la
norma en horas en que se necesitaba votos para su aprobación.
A este paso escucharemos, más
adelante, decir a Acuña que se opone a la privatización de Sedapal o que es un
hombre progresista que apoyará siempre a los de abajo porque nació en una
pequeña cabañita de la sierra. Es capaz de decir que lo marginan por su
lenguaje, porque todo vale cuando la meta es ganar por ganar. Pero él no quiere
ganar por ganar lo que él quiere realmente es ganar para ganar más plata. En
fin, ya lo veremos perder algún día.
La ilusión de Acuña es vivir en
un estadio lleno de dinero con el que pueda realizar incluso sus caprichos más
insólitos como, por ejemplo, gobernar al Perú. Él se pregunta: Si Fujimori,
Alan y otros fueron presidentes por qué no puedo yo ponerme la banda.
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