martes, 5 de enero de 2016




La ilusión de Acuña
Por Diario UNO el enero 4, 2016
Lo único que quiere el candidato César Acuña es ganar. Ganar más plata. Le interesa poco el Perú, le importa poco aprender a leer bien, porque su meta es el dinero, pese a que ya tiene como cancha. Tiene tanta plata que puede hacer que los políticos profesionales que antes iban por el camino de izquierda digan: media vuelta, derecha, ¡derecha!



Algunos enterados aseguran que Acuña es un poco tacaño, como todos los que acumulan grandes fortunas; e igual así, el aspirante presidencial está llenando la ciudad con paneles con su foto, está
empeorando la televisión con la publicidad constante de su universidad que carece de buena biblioteca y tiene muchos estudiantes descontentos porque la plata de ellos y de sus padres se diluye en una campaña electoral y no ayuda al mejoramiento de su centro de estudios como debe ser.
Como ganar es su meta, puede decir lo que sea, lo que Favre le diga, cualquier cosa. Recientemente dijo que apoya la Ley Universitaria (por la que el legislador Daniel Mora y otros se fajaron) cuando sus partidarios en el Parlamento le ponían zancadillas a la norma en horas en que se necesitaba votos para su aprobación.
A este paso escucharemos, más adelante, decir a Acuña que se opone a la privatización de Sedapal o que es un hombre progresista que apoyará siempre a los de abajo porque nació en una pequeña cabañita de la sierra. Es capaz de decir que lo marginan por su lenguaje, porque todo vale cuando la meta es ganar por ganar. Pero él no quiere ganar por ganar lo que él quiere realmente es ganar para ganar más plata. En fin, ya lo veremos perder algún día.
La ilusión de Acuña es vivir en un estadio lleno de dinero con el que pueda realizar incluso sus caprichos más insólitos como, por ejemplo, gobernar al Perú. Él se pregunta: Si Fujimori, Alan y otros fueron presidentes por qué no puedo yo ponerme la banda.

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