PERÚ: Y
NOS DICEN QUE ESTO ES DEMOCRACIA
PARTE II
Por Editor 2
Colectivo Vero Por Un Perú Digno
Con seguridad, la mayoría decepcionada apostará por
el Frente Amplio y su representante Vero Méndoza. El pueblo sabe de qué pies
cojean todos aquellos que se elevan en el humo de la soberbia y el autoengaño
del efímero poder.
Cada
friaje, en el Altiplano Andino y regiones como Ucayali, Junín, Pasco, Huánuco,
Loreto, Cusco, Madre de Dios, son asesinadas centenares de personas anualmente.
En Siberia con mucho más frio que en los Andes no se ve el genocidio que vemos
cada año a causa de la pobreza e insensibilidad social ¿Y cuál es la solución?
Frazadas, medicamentos para el resfrió, ropita usada y suero. La inmediata y mediocre
respuesta al desastre sin la más ligera intención de ir a la raíz del problema,
como siempre. Ahora no solo mueren infantes sino auquénidos, por cientos,
alpacas, vicuñas, llamas. Que importa la vida de los pobres explotables, seres humanos
o animales, si al final uno de los más fuertes candidatos a la presidencia del
Perú se atrevió a clasificarlos como ciudadanos de segunda y tercera categoría.
Es así como sobre este histórico genocidio, el
ex congresista Isaac Mekler denunció: “Yo acuso directamente al presidente
Humala de autor mediato de la muerte de cada año. Él no ordenó matar, pero
tiene el conocimiento y el dominio del hecho que le permite evitar las muertes.
Él puede, y debe, tomar las previsiones para que esto no ocurra. Pero sucede y
sucede mientras él gobierna. No da indicaciones a sus funcionarios para que
eviten las muertes. Muertes que, como he dicho, son previsibles”.[1]
Y nos dicen que esto es democracia.
¿A
quién diantre le interesa este tipo de democracia? Sistema que cada cinco años
lo único que hace es monitorear desde los poderes del Estado el fiel
cumplimiento del libreto del BM, FMI, BID y para el perfecto seguimiento de su cumplimiento
nos sembraron “idóneos” asesores como USAID o NED instrumentos de
desestabilización de regímenes contrarios a la enajenante democracia que
hacemos referencia. ¿Ustedes creen que a los candidatos y candidatas,
atrincherados en alucinantes alianzas, les interese desarrollar un sistema
democrático en donde se respete el derecho a una vida digna y no miserable de
las mayorías empobrecidas de nuestro país? Si hablamos de soberanía
alimentaria, energética, comercial, me dirán chavista, terrorista o caviar. Si
hablamos de educación o salud pública, cuidado! Nos dirán comunistas o
estatistas; makartismo trasnochado de mediados del siglo pasado.
Entonces
¿en qué quedamos? Seguiremos apoyando esta estúpida manera de ser cómplices de
la industria del saqueo de los fondos del Estado y recursos naturales? Hasta
cuando seguiremos en el balcón contemplando cómo se deleitan con astronómicos
sueldos las madres y padres de la patria, así como el consejo de ministros y
ministras y asesores incluidos? Todo esto mientras nuestros ancianos y ancianas
mueren con miserables pensiones; migajas que caen de la bondadosa mesa del BM,
FMI o BID y esperamos el próximo friaje para deleitar a laboratorios
farmacéuticos con exorbitantes compras de vacunas las cuales nunca llegarán a
sus destinatarios.
¿Seguiremos
siendo cómplices anestesiados con banales shows televisivos mientras groseras
representaciones diplomáticas o presidenciales viajan alrededor del mundo
tirándose nuestro dinero, como el sonado caso de la primera dama Nadine
Heredia? ¿No existe otro tipo de democracia o sistema de gobierno que nos
garantice vivir con dignidad y decencia? Qué bien nos viene la sabiduría del ex
presidente uruguayo Pepe Mujica: “Para aquellos que creen que la felicidad
humana es acumular dinero, los quiero porque son seres humanos y en algún lugar
pueden ayudar, pero no en el campo de la política”.
El
51% de la población peruana que apostó en la Gran Transformación fue
traicionada. Lo único que transformó fueron las abultadas cuentas bancarias de
este nuevo ciclo de estafadores y la estafa radicará por siempre en que
vendieron un programa de gobierno y fue automáticamente suplantado por otro.
Ollanta Humala accedió al secuestro del Estado ante nuestras narices y en aquel
momento los sátrapas del statu quo
aplaudieron su opción por el “buen
camino”.
Es
así como después de 5 años el espectáculo electoral es asqueroso. Seguramente
que estudios sicológicos serios podrían detallarnos el perfil de cada uno de
los candidatos y candidatas los cuales serian deshabilitados de cualquier
participación en la vida pública por contar con serios problemas de desordenes
de personalidad. Estructuras de antivalores perfectamente elaboradas; mentiras,
incoherencias, incongruencias, moral de doble rasero, etc. Bueno, al final que
tire la primera piedra quien está libre de estas joyas; pero ¿hacerlo
sistemáticamente con intención de perpetuar la iniquidad como sistema de
gobierno, hasta cuándo?
La
mayoría desencantada con esta seuda democracia; escandalosa manera de estafar y
defraudar la voluntad del pueblo, tiene pocas alternativas para ser
representada con dignidad. La palabra la tienen los sujetos sociales que nunca
han tenido la oportunidad de participar en los destinos de sus pueblos.
Colectivos y personas de integridad invisibilizados e invisibilizadas por la mass media bajo el control enajenante de
los grupos de poder. Con seguridad, la mayoría decepcionada apostará por el Frente Amplio y su representante Vero Méndoza. El pueblo sabe
de qué pies cojean todos aquellos que se elevan en el humo de la soberbia y el
autoengaño del efímero poder.
La
mayoría creyó en Gana Perú como alternativa a la dinastía Fujimori y traicionó
vilmente lo pactado con el pueblo. De esta manera y como reacción de
intolerancia al abuso, la indolencia y el descaro generalizado que se empieza a
consolidar el Frente Amplio como nueva alternativa. Es por ello que desde su
nacimiento – percibimos – que el Frente Amplio multiplica austeros esfuerzos
por ser una clara muestra de representación democrática.
Lo
dejamos a Pepe Mujica que concluya: “la democracia, en el fondo, es
repartir poder y eso es combatir la desigualdad de los que tiene menos…La
democracia corre riesgo cuando en las campañas electorales se crea programas
que no se van a poder cumplir jamás y se crean expectativas que después no se
van a poder cumplir. Eso hace que la democracia se enferme…No se puede dejar
una promesa en el aire, debemos entender que así como la pérdida de la ética,
como el fracaso por promesas exageradas, las promesas a veces no se pueden
cumplir por el estado raquítico de la fiscalidad. Parece que no se puede cobrar
impuestos a los empresarios y se termina cobrando a quienes están en las
zanjas”. Y luego nos vienen a echar el cuento que todo esto es democracia.
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